sábado, 1 de noviembre de 2008

Su atención por favor: lo ayudamos a a ayudar.

Sómos muchas las personas ciegas que trancitamos a diario por las “callecitas de Buenos Aires”. Tropezar con un bache, (poso), piedras, carteles, (obstáculos en general), es cosa de todos los días, por eso aquí le daré algunas instrucciones por si en alguna oportunidad,... se encuentra con nosotros.

Punto número 1. Si ve a una persona ciega caminando por la vereda, y persive que se va a chocar con algún obstáculo, no le diga solamente “¡cuidado!”, o “¡cuidado ahí”!, para él son sólo frases vanas y sin sentido. Especifique con claridad a qué le debe tener cuidado, por ejemplo: “cuidado que hay un poso adelante tuyo”. “Cuidado con la columna”. “Cuidado que hay un cartel, o un escalón”, etcétera.

Punto número 2. Cuando una persona ciega va con usted, (esto luego de que usted se haya acercado a ofrecerle su ayuda), deje que él se tome de su brazo, siempre debe hacerlo por su seguridad, (por si usted baja un escalón o lo sube, para seguirlo más libre y seguro en su caminar.) Póngase siempre un pasito más adelante que la persona ciega, (ah, esto sobre todo si baja una escalera,) jamás bajo ningún punto de vista, la persona ciega debe ir delante del “guía”. Porque recuerde que desde el momento en el que usted lo ayuda, cumple la función de sus ojos, (su visión.) Y por ende, esta no puede fallarle. Nunca lo tome de la ropa ni del bastón, y si cree que no puede ayudarlo porque siente que está apurado, piense que el día de mañana ello le puede suceder a usted, (como dicen por ahí los que saben,) “el día menos pensado”, porque “nadie está excento de nada”. Por favor, no nos ignore, ayúdenos!.

Punto número 3. No crea que el bastón blanco (mal llamado palo, barita, etcétera), cumple la función de un robots. Este no es más que un instrumento manejado por una persona ciega, para poder guiarse en caso de movilizarse sólo, para no tropezar o caerse con un cartel, tropezar con un hueco, etcétera. El bastón nos alerta de ciertas cosas pero si estamos atentos a como lo manejamos, (el llamado rastreo siempre de derecha a izquierda, a unos pocos centímetros delante de nosotros, y quiénes quieren, apollan el codo, (sean surdos o diestros), sobre la cintura, y sino yendo en el aire.) rastreo es el movimiento de derecha a izquierda que realiza la persona ciega con el bastón. No es cierto que el bastón, (cuando usted va guiando a una persona ciega del brazo, su brazo), lo advierte automáticamente de un escalón, poso, u obstáculo en general. Un ciego necesita obligatoriamente ser avisado unos centímetros antes, de ello, (aunque lo verá claro está, protegerse además con su bastón, poniéndolo adelante hasta tocar el cordón de la vereda.) Su ayuda es muy importante, por favor no lo ignore, no lo olvide!.

Punto número 4. Al subir a un medio de transporte, (tren, colectivo y súbte,) bajo ningún punto de vista, la persona ciega debe viajar parada. Los primeros asientos deben estár siempre a su disposición. Nunca señale el lugar, cuando este esté buscando su asiento. Es decir: No diga frases como “ahí tenés un asiento”. “Allá allá”. No lo empuje ni lo tome de su ropa, acérquelo e indíquele el asiento, (si es posible), colocándo su mano sobre el respaldo, o llevándolo hacia su destino. Así será más fácil!. Nota: evite los insultos o frases como: “ey yo pagué mi voleto!”. O ¿”y por qué no se bajan y se toman otro tren!”?. Porque la persona no tiene la culpa de ser ciega, y tiene el mismo derecho que usted. Piense que esta no elijió serlo, y puede llegar a lastimar sin sentido a alguien que nisiquiera conoce. Así que preste mucha atención, porque uno nunca sabe qué puede suceder mañana.

Punto número 5. Buscar una dirección para una persona ciega es imposible. Cuando esta trancite por la calle, y le pregunte una dirección, (o desee llegar a una altura determinada,) ayúdelo, no puede buscarla sólo si no ve. Jamás puede divisar un cartel, si solicita su ayuda es porque no puede sólo. (Se presentan situaciones en las que puede ya luego de un cierto período de tiempo transcurrido, que se guíe por una puerta, un escalón, o un defecto del piso, etcétera, pero no crea que si va sólo a aquél lugar, ve las direcciónes, los carteles, etcétera. Y si no me cree, haga la prueba de vendarse los ojos, y después me cuenta. ¿sí?.

Punto número 6. Para las personas ciegas, los puntos de referencia son muy importantes. Por eso es tan necesario que las personas que ven los respeten y los sigan al pie de la letra. Cuando una persona ciega desea ser guiado hacia una parada de colectivos, un local, una determinada esquina, establecerá si lo sabe, puntos de referencia que tal vez usted, al pasar siempre o nunca por allí, los ignore. Si le dice que la parada del ciento sesenta y ocho que va por Congreso, Chacarita, el Hospital Italiano, once, etcétera, y que está en el tercer andén, es porque tiene ya sus puntos referentes memorizados. No intente confundirlo y guiarlo hacia otro lugar, si la persona ciega le indica estos puntos es porque ya los sabe. Muy difícilmente pueda herrarlos. No lo deje en cualquier sitio sólo porque no deja que usted lo lleve a su gusto y piaccere por sitios en dónde sabe que no tiene que ir. Si ve un mismo óbnibus con el mismo número pero en la vereda de enfrente, no lo cruce si insiste con su parada abitual. En la parada de enfrente, puede que esté el mismo colectivo, pero, a: este puede ir para otro sitio, o pasar cerca del que la persona ciega busca, pero no es de su comodidad, como aquél otro que lo dejará en la puerta. B: No argumente frasesitas hechas como “bueno lo que pasa es que vos no ves”. Usted es el que no ve, pero la persona ciega tiene más ojos en su memoria que toda la sabiduría “vi-suaal” que usted erróneamente, cree tener. Cuidado nunca subestime a una persona ciega, se puede llevar una gran sorpresa.
Por favor: ¿Ahora podría ayudarnos?. Muchas gracias.

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